la leyenda de poliahu

En el siglo 14 la leyenda de Lâ`ieikawai (Lâ`ie la que se tiende en el agua) y de Aiwohikupua, jefe de Wailua, Kaua`i, fue originalmente inspirada sobre la historia de este hombre que era originalmente Kahiki y que por su rango en su lugar de origen estaba obligado o debía casar con una mujer de la Isla Grande de Hawaii.
Este jefe de Wailua había escuchado sobre la belleza de Lâ`ieikawai y se propuso darse la tarea de encontrar esta mística princesa y proponerle matrimonio. Él desembarco en su camino a la Isla Grande en el puerto de Haneo'o en Häna Maui (una isla que está en camino y próxima a la Isla Grande y conoció a Hinaikamalama, Una jefa de la región de Hana. Al jefe Aiwohi se le invito a formar parte de una tarde de surf (deporte solo practicado por la realeza) y eso basto para que cayera enamorado de Hina. Ella en manera igual se enamoro de él.
Plenamente recordando su cometido y su promesa el declaro que no se daría a ninguna mujer hasta que hubiese arribado a la isla grande de Hawaii. A pesar de ello, el prometió a Hina regresar por ella así que le pido que se mantuviera en espera de su amor por él.
Resumiendo su viaje para encontrar a La'ieikawai, el llego hasta Paliuli (una región mítica que está en lo alto del Maunaloa) con un manto de pluma como un regalo para la princesa. Asombrado por la casa de esta princesa en Puna que estaba elaborada de pura pluma de ave o'o en lugar de hojas como paredes y techo se sintió minimizado con su regalo, ¿que era un capa (para las mujeres solo cubría los hombros y parte del pecho como un chal) contra una casa hecha de pura pluma desde el suelo hasta el techo?
Al sentirse poca cosa el abandono la Isla sin ver siquiera a la princesa y navego de regreso a Kaua'i.
Al ir navegando por la costa de Hamakua, (esta costa esta al norte de la Isla Grande) el vio a una mujer de extraordinaria belleza reclinada en uno de los arrecifes. Aiwohi se aproximo a la costa y le hablo de amor a la mujer hermosa que reposaba sobre un manto blanco como la nieve. Ella era Poliahu, la diosa de la nieve del Mauna Kea y era descendiente de Kupua (un semidiós de lo sobrenatural) como lo era también Aiwohi.
Al escucharlo hablar de amor, ella le recordó su promesa de amor y que retornaría a casarse con Hina pero el contesto que si el lograba liberarse de ese compromiso y esa promesa le pregunto que si estaría dispuesta a esperar por él para casarse. En forma de promesa intercambiaron capas, él le dio la que originalmente llevaba como obsequio para la otra princesa y el tomo el manto blanco como la nieve de ella.
Retomando su camino hacia Kauai el jefe Aiwohi evito a toda costa encontrarse la costa de Hana donde estaba Hina la jefa esperando contraer matrimonio con él. Cuando Aiwohi llego a Kauai y les planteo lo sucedido en el viaje a su familia, sus hermanas insistieron en acompañarlo a la Isla Grande para concretar el plan original de pedir matrimonio a Lâ`ieikawai.
Olvidando sus promesas a Hina y a Poliahu y obsesionado de nuevo por la belleza mítica de la Princesa de Paliuli en la Isla Grande, Aiwohi y sus hermanas tomaron rumbo para cumplir el primer objetivo de pedir la mano de la princesa. Cuando Poliahu vió las canoas de Kauai aproximarse a las costas de la Isla Grande se lleno de gozo en el corazón, pero se lleno de desilusión cuando las vio pasar de largo por Ka’elehuluhulu en Kona y ver que no desembarcaron. Al llegar a Paliuli cada hermana de Aiwohi presento un regalo y una solicitud de su mano para su hermano, pero una a una las hermanas recibieron el rechazo de la princesa que estaba enterada de lo sucedido con el príncipe de Kauai y sus correrías en Hana y en la costa de Hamakua, en la misma Isla Grande de Hawai!
Al salir rechazado por Lâ`ieikawai Aiwohi retorno a Kaua`i y se acordó de Poliahu. El comenzó a ejercer ritos expiatorios para deshacer el lazo y la promesa hecha a Hina la jefa de Hana sobre el matrimonio, pero antes de concluirlos o viajar a Hana y deshacer el compromiso, mando a sus mensajeros a la Isla Grande para decir a Poliahu que retornaría para cumplir su promesa de matrimonio con ella. Poliahu fue avisada que Aiwohi llegaría en 4 meses en el 17 día de ese 4to mes (el día Kulu) que era el indicado a ese 17avo día del mes por la fase de la luna.
El dia señalado las tres montañas principales o mas altas, el Mauna Kea, el Mauana Loa y el Hualalai se cubrieron de nieve como señal de respeto a la promesa que hizo Poliahu a Aiwohi de esperar su regreso. A su llegada Aiwohi fue recibido por sus futuras cuñadas semidiosas de la nieve, Lilinoe, Waiau y Kahoupokane. Después de haberse realizado el matrimonio, la feliz pareja viajo hasta por arriba de las regiones de Honopuwai en Kauai donde pretendían vivir felices para siempre.
Cuando Hina se entero de lo sucedido, monto en cólera y aprovechando un concilio de jefes y sacerdotes a celebrarse en Mänä cerca de la región donde la feliz pareja habitaba, Hina tomo ventaja para acusar a Aiwohi de su falta de palabra y promesa de matrimonio no cumplida en caso de ser rechazado por la princesa (situación que había sucedido).
Poliahu ante tal afrenta se sintió humillada y aun más cuando Aiwohi condescendió a cumplir la promesa dada a Hina para formar un matrimonio, por lo que regreso a lo alto del Mauna Kea. La noche que debía consumarse el matrimonio de Aiwohi con Hina, Poliahu mando un manto de nieve helada para interponerse entre los amantes y así evitar que se consumiera el matrimonio. Cada vez que los enamorados pretendían estar juntos, Poliahu mandaba su manto para que se evitara el contacto entre ellos, al grado de que Hina asustada renuncio a Aiwohi, pero este lleno de vergüenza por todo lo sucedido y sin tener cara para enfrentar de nuevo a Poliahu este jamás volvió a buscarla y asi la princesa de la nieve se quedo en lo alto del Mauna Kea con el corazón roto esperando su retorno.

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